Fantástica la puesta en escena que Ur Teatro, y bajo la dirección de Helena Pimenta, hace de Macbeth. Vaya por delante que el texto facilita mucho las cosas: adaptable a cualquier tiempo, con unos personajes protagonistas que cualquier actor mataría por representar… Una profundización como pocas en el terreno de la ambición, en el instinto animal que todo humano lleva dentro. Sin entrar más en la historia de Shakespeare, basta con recordar que Macbeth es aquel que solo morirá cuando el bosque venga a por él y al que ningún hombre nacido de mujer le podrá matar. Así, normal que se crezca.
Y así ocurre en esta representación con José Tomé, el actor que da vida a Macbeth. Con momentos en los que roza la sobreactuación, se le perdonan por la intensidad que da al personaje y a todo lo que siente durante las casi dos horas de obra. Destaca también, por supuesto, Lady Macbeth, la verdadera culpable de que se desate la tragedia.
Pero la originalidad de esta puesta en escena no está en las actuaciones brillantes, que también, sino especialmente en el aspecto visual, en el escenario al completo, en el manejo de las proyecciones digitales para hacer intervenir a muchos más personajes, para contar y acompañar lo que ocurre sobre las tablas. Además de un coro en directo que interpreta fragmentos de la ópera de Verdi dedicada a Macbeth. Un juego de mentiras y verdades, de realidad y ficción, en el que el espectador termina entrando de lleno y contagiándose de esa intensidad con la que se vive todo en escena.
Una de las mejores obras que he visto en los Clásicos en Alcalá. Si tenéis oportunidad de verla, hacedlo. Yo repetiría. Toda una experiencia. Teatro, proyecciones, ópera, actuaciones… y Macbeth. ¿Qué más se puede pedir?