Un 15 puesto en Eurovisión, tal como están las cosas, no está nada mal. Daniel Diges representó más que dignamente a España en el festival europeo de la canción luchando contra el politiqueo que enturbia año tras año este festival y contra un espontáneo, el «aguafiestas profesional» catalán Jaume Marquet Cuna, más conocido como Jimmy Jump, que se coló en medio de la actuación de Diges y su grupo, mezclándose con el grupo de baile durante unos segundos hasta que el personal de seguridad salió al escenario para echarle. Dani mantuvo el tipo y siguió como si nada, pero la organización tuvo la deferencia de dejarnos volver a cantar en última posición.
Alemania fue quien consiguió alzarse con el triunfo finalmente. Pero en Alcalá la «fiesta» había empezado antes del festival. Aunque se había anunciado que TVE conectaría con la ciudad de Diges en directo para ver el ambiente antes de que empezara Eurovisión y la gente congregada en las Ruinas de Santa María para ver el festival en una pantalla gigante, las conexiones no se llegaron a producir. Y menos mal, porque habría dado un poco de pena.
Unos quince minutos antes de empezar Eurovisión, el ambiente en las Ruinas de Santa María no pasaba de unas cuantas decenas de personas, una pantalla grande con TVE, un grupo de bailarines disfrazados de muñecos, la canción Algo pequeñito sonando cíclicamente y un animador que no llegaba a convencer al público para que coreara el ouououooooo del estribillo. Imagino que en el arranque de Eurovisión y durante la actuación de Diges la gente que había paseando por la plaza de Cervantes se acercaría a la zona de la Capilla del Oidor, con lo que habría más gente que la que yo vi, pero aun así…
¿Eurovisión? Pues como siempre, con sus frikis, sus modelitos imposibles, sus canciones aburridas, su Uribarri demostrando que todo el pescado ya estaba vendido y despreciando por anticipado a la ganadora… Nada nuevo. Pero Daniel Diges puede estar contento, demostró profesionalidad, saber estar y fue un buen representante para nuestro país en un festival que sigue de capa caída.