Una de las espinitas clavadas que no consiguió sacarse Cervantes fue triunfar en el teatro. En una época en la que la comedia nueva de Lope de Vega era la que llenaba los escenarios, el teatro del autor alcalaíno no consiguió el éxito de crítica y público que ansiaba. .
Jugando con esa idea y con la posibilidad de teatralizar algunas de las Novelas Ejemplares de Cervantes, género el de la novela corta en el que sí que consiguió triunfar y que es susceptible de llevar a escena (de hecho, el mismo Cervantes hizo versión de entremés y versión novelada de una misma historia, El viejo celoso y El celoso extremeño), Teatro del Temple lleva al escenario una representación de El licenciado Vidriera. Tan solo dos actores, uno en el papel del licenciado Vidriera y otro como Cervantes y el resto de personajes secundarios de la historia, nos llevan por la historia de este loco cuerdo o cuerdo loco, cuyo entendimiento no se ve alterado a pesar de la rara enfermedad que cree padecer y por la que cree estar compuesto de vidrio. Una especie de Don Quijote de otra manera, pero con parecido fondo, sólo que Don Quijote siempre contó con Sancho, y Tomás Rodaja está solo en sus padecimientos.
Excelentes actores para una representación sencilla pero efectiva. Una lástima que la posibilidad de lluvia (a pesar de que no hubiera rastro de nubes en el cielo alcalaíno el sábado por la noche) hiciera que en lugar de ver la representación en su escenario previsto, el Patio de la Antigua Hospedería de Estudiantes, la obra se llevara a cabo en el Teatro de La Galera.
Esta noche, segundo pase de esta obra, muy recomendable para los admiradores de Cervantes y su universo literario. Para que os hagáis una idea, un vídeo con algunos de los momentos de la obra: