Los carnavales no tienen demasiada tradición en Alcalá. Aun así, se mantiene a duras penas la fiesta, este año reducida a un solo día (y el entierro de la sardina). Los concursos de disfraces se hicieron el sábado, por la mañana para niños y por la tarde, para adultos y grupos. Y tras el concurso de la tarde, una chirigota intentó hacer entrar en calor a un auditorio medio vacío y que a base de cancioncillas y chistes fue llenándose de nuevo. Cosas que pasan cuando se deja lo mejor para el final en una noche heladora de febrero.
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