Este año estoy viviendo Alcine desde otra perspectiva, desde dentro. Está siendo interesante, una experiencia diferente. Pero también me ha dejado sin muchas ganas de asistir a pases de películas.
El viernes, día en el que arrancaba Alcine 43, y el sábado se pudo disfrutar en las calles del casco histórico de la ciudad de un circuito en el que las paredes de la ciudad se convierten en pantallas en las que se proyectan cortos. A wall is a screen es una actividad que ya lleva varios años realizándose dentro de Alcine y que tiene bastante éxito y que también se ha llevado a cabo en diferentes ciudades europeas.
Por razones varias, este año no he podido ver de Alcine más que la proyección final del palmarés del festival. Mis impresiones al respecto son muy diversas. En la proyección en el Teatro Salón Cervantes (con bastante éxito de público, como suele ser habitual) solo se pudieron ver cinco de los cortos galardonados en la 42 edición del festival, los ganadores en las principales categorías. A continuación, repaso brevemente los cortos ganadores (en la web de Alcine se puede consultar el resto del palmarés):
O cómo la mañana después de una noche loca es aún más embarazosa si se tiene taitantos años, familia… Dos desconocidos se despiertan en la casa de él y tienen que hacer frente a ese primer encuentro sobrios y sin recordar lo que ocurrió la noche anterior. Simpático y bien interpretado.
Tres chicos llegan a una fiesta en un piso. Poco después de llegar ellos, otros dos jóvenes quieren entrar también a la fiesta, pero las anfitrionas de la fiesta no quieren dejarles pasar. Momentos de tensión y de inquietud. Un corto interesante pero al que me dio la sensación de que le había faltado algo para ser redondo, le faltaba algo al final. Pero es interesante y la intención es buena.
Un falso documental (al principio no sabes si es real o falso, por el tratamiento serio que se le da al principio al tema) sobre un científico y diseñador de atracciones de feria. Muy divertido y muy loco lo que se plantea. Muy recomendable para alucinar un rato y echarse unas risas imaginando que pudiera ser real.
El delirante testimonio de la última persona que ha sobrevivido en la Tierra después de que toda otra forma de vida haya desaparecido. El último hombre vivo confiesa cómo le ha cambiado la vida su nueva situación en lo que perfectamente podría ser un monólogo de humor (no paras de reír) y muy bien interpretado. Si podéis verlo, no os lo perdáis. Risas aseguradas.
Un documental de 60 minutos (¡60 minutos para un corto!) que, a través de las cartas de Frances Wilkinson, una mujer inglesa que vivió en China entre los años 30 y 50, muestra la China actual en un juego de contrastes. Soporífero. La idea es muy buena, y está bien ejecutado, pero es taaaaan largo que nada de lo que cuenta nos interesa. Es posible que no haya sido la mejor idea proyectarlo al público. Entiendo que, siendo el corto que se ha llevado el premio ‘gordo’, debía proyectarse. Pero mucha gente se ha ido en medio de la proyección (y no a los 40 minutos, sino ya desde los 10 minutos de corto había gente yéndose). Otros se han quedado dormidos (o casi). Se oían murmullos y risas en la sala cada vez que se veía que la historia continuaba y no parecía tener fin. Al final, para evitar los abucheos, el público ha aplaudido a rabiar para celebrar que ya había terminado.
No, señores. Así no. Primero, hay que poner un límite de duración razonable a los cortos: 30 minutos ya me parece largo para un corto. ¿¡60 minutos?! Y, si se premia por alguna razón que se me escapa, mejor no proyectarlo que dormir al público. Creo yo. Tenía la esperanza de que tras esa tortura tuviéramos una recompensa en forma de corto ligero y animado. Pero no. Claro, había consumido todo el tiempo disponible… Mal.
Del 10 al 16 de noviembre se celebra en Alcalá el festival de cine Alcine, que este año ya cumple su 42 edición y bate récords de participación, con 1.332 cortos presentados a competición. Una de las novedades de este año es que el festival se podrá seguir también por internet gracias a Filmin.es.
Los cortos toman la ciudad con el certamen nacional y europeo, además de las secciones y actividades paralelas. Aunque el programa completo se puede consultar en la web de Alcine, destaco un par de ellas: Short Matters!, con cortometrajes premiados en 14 festivales europeos, y Un muro es una pantalla. Este grupo ya ha participado en el festival de cine de Alcalá con anterioridad. El 9 y 10 de noviembre, a partir de las 19.00 horas, se proyectarán cortos en los muros y paredes del casco histórico de la ciudad. Os lo recomiendo, merece la pena y es divertido.
El primer premio Comunidad de Madrid ha sido para Room, de Fernando Franco, y Los amores difíciles, de Lucinda Gil.
Premio Canal + para La cosa en la esquina, de Zoe Berriatúa (corto completo). El premio al Mejor Guion ha sido para La última secuencia, de Arturo Ruiz Serrano, un homenaje al cine y a los cinéfilos:
Mejor Interpretación Femenina, Cristina Blanco en Ahora no puedo . Mejor Interpretación Masculina, Pepo Oliva por La granja.
Mejor Montaje para They Say y Au revoir. Mejor dirección artística para Clara Ballesteros por El abrigo rojo. Mejores efectos especiales para La grana carrera.
Mejor música original para Monoperro, por Muy cerca. Mejor sonido para Nacho R. Arenas, por Room.
En el Certamen Europeo de Cortometrajes, el ganador ha sido Claes, de M. Carlsedt. El segundo premio ha ido para Le Ventre de Jonas, de E. Saget. El tercer premio fue para Takie Zycie, de D. Zielinski.
Menciones especiales del jurado para The external world, de D. O’Reilly, a Dominique Bayens, protagonista de Fancy fair, y Killing the chicken to scare the monkeys, de J. Assur.
Y el Premio del Público en el Certamen Europeo fue para Raju, de Max Zähle.
Y permitidme una queja personal: programar la proyección del palmarés el mismo día en que se celebran unas elecciones generales no me parece lo más adecuado. Creo que este año tendré que buscarme la vida para ver los cortos ganadores. Una lástima tratándose del festival de mi ciudad.
Os pongo en antecedentes:
Hace ya unos meses, en noviembre de 2010, en el Diario de Alcalá me publicaron una columna con un post que escribí sobre el Don Juan complutense. Así, en las páginas del diario de mi ciudad compartí espacio con otro columnista, Juan Antonio Moreno, autor de la sección Corto pero intenso, en la que desgrana cortometrajes de toda clase y por la que ha sido nominado a los Premios ace de Medios de Comunicación . Al leerme y seguir mi huella digital, Juan Antonio conmigo y vio mi gusto por el cine. Como se acercaba Alcine, el festival de cortos de Alcalá, los cortos nos unieron en la distancia y decidió hacerme llegar su libro,Cine en corto. Una aproximación a los últimos cortometrajes españoles. Prometí escribir sobre su libro, y hasta hoy.
Dice el autor en la introducción que «hacer cine en España es asumir un riesgo constante». Por eso el especial valor que tienen los directores que se lanzan a la aventura no solo de hacer cine en España, sino de hacerlo en pocos minutos.
Cine en corto. Una aproximación a los últimos cortometrajes españoles.
Juan Antonio Moreno Rodríguez
Editorial Tal Vez, 2009
Ya ha terminado la edición 40 de Alcine. Una edición en la que, en general, se han oído bastantes quejas: menos público que otros años, experimentos como Hitchcock without Hitchcockque resultóun fracaso, cero de glamour y escasa resonancia más allá de Alcalá, aunque esto no es nada nuevo. El concierto de la orquesta Ciudad de Alcalá con música de películas, llenazo absoluto. Eso sí, el reparto de entradas en taquilla y la compra de entradas para ver el palmarés sigue siendo un caos: taquillas que se abren tarde, solo una taquilla para una fila importante de gente, lentitud extrema al vender entradas… Y no es la primera vez, ya podían aprender y abrir con más antelación la taquilla si saben que ocurre esto…
Tercer Premio «Ciudad de Alcalá» para De caballeros, de Adrián Orr Serrano.
Una de las menciones especiales del jurado fue para Interiorismo, de Chema Grueso y Hernán Talavera, también ganador del Trofeo Caja de Madrid al mejor montaje.
Los activistas del cortometraje «Una pared es una pantalla» volvieron a las calles de Alcalá por segundo año consecutivo con motivo de Alcine para guiar a los complutenses por las calles del centro de la ciudad en un circuito cinéfilo en el que las paredes se convierten en pantallas en las que ver cine. Siete cortos componen un recorrido de hora y media en el que disfrutar de buen cine de tres o cuatro minutos en cada parada.
Equipados con un proyector, un ordenador, altavoces y un generador, el grupo viaje desde 2003 por toda Europa demostrando que los espacios úblicos no son solo para eventos comerciales.
El sábado 6, decenas de personas recorrieron la calle Mayor y aledaños llenando el centro de la ciudad de cine callejero. En los cambios de escenario, y ante la cantidad de gente que se movía detrás de los chicos con peto amarillo, los paseantes se volvían preguntándose a dónde iría tanta gente. Y en cada parada, más gente se unía al circuito enganchados por las risas y los aplausos tras cada película.
Una actividad muy divertida que acerca los cortometrajes a gente que no suele verlos.
Mientras, y para empezar, mediante una encuesta a directores y cineastas se ha elaborado un ranking con los cortos nacionales más influyentes del siglo XXI. Liderando la clasificación, 7:35 de la mañana, de Nacho Vigalondo.
El Festival de Cine de Alcalá de Henares, que se celebra este año entre el 5 y el 13 de noviembre, empieza a calentar motores. Una exposición en el Antiguo Hospital Santa María la Rica recoge los carteles de prácticamente todas las cuarenta ediciones del festival y nos permite dar un paseo desde aquel festival de cine aficionado hasta las grandes fiestas y personalidades del mundo del cine que han venido a la ciudad en los últimos años con motivo de Alcine.
Un interesante recorrido que nos sirve para abrir boca de cara a uno de los festivales de cortos más consolidados del panorama nacional.