Como todos los años, cientos de alcalaínos acudieron a la cita con el Día del Libro. La ciudad complutense vive de una forma especialmente intensa este día, ya que su centenaria Universidad Cisneriana es el marco de la entrega del Premio Cervantes, que este año ha recaído en el escritor Juan Marsé.
Desde primeras horas de la mañana, la seguridad en los alrededores de la plaza de San Diego era máxima, tanto con dotaciones de Policía Local como Nacional. Y, como cada año, las dificultades para ver la llegada de los invitados y de las autoridades a la Universidad son mayores. El cerco de seguridad hace que el público deba quedarse en los alrededores de la plaza, lo que dificulta mucho la visibilidad.
Aun así, muchos alcalaínos y curiosos se acercaron para ver la llegada de los invitados. Entre las autoridades que asistieron estaban el presidente del Gobierno, Zapatero, y su esposa, así como la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Pero la mayoría de la gente había acudido a ver la llegada de los reyes, que llegaron a las inmediaciones de la plaza de San Diego cinco minutos antes del mediodía. Después de escuchar el himno nacional, el rey Juan Carlos pasó revista a las tropas. Una niña entregó un ramo de flores a la reina, tras lo que las autoridades se dirigieron al interior de la Universidad para asistir a la entrega del Premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá.
A las 12, la gran cantidad de alcalaínos que se había congregado para ver este momento, se dispersó lentamente, comprobando cada uno qué fotografías había conseguido hacer. Y a aprovechar la mañana visitando la feria del libro, instalada en la plaza de Cervantes.
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