A la Noche en Blanco alcalaína le falta rodaje, está claro. A la primera no se puede hacer todo perfecto. Pero la intención fue muy buena y el resultado, bastante decente. No tiene precio dar un paseo por el centro de la ciudad y encontrar actuaciones de todo tipo a cada paso. Casi cien escenarios formaban parte de la primera Noche en Blanco de Alcalá, que comenzó muy temprano, a las 18.30 horas, con un acto totalmente prescindible: una supuesta entrevista a Cervantes por una periodista de hoy en día. Entre la falta de atractivo de la actuación y la hora, mucha gente fue abandonando en busca de mejores alternativas.
A las 19.30-20.00 horas, la cultura ya había tomado cada esquina, cada plaza, del centro de la ciudad. Desde el teatro de la compañía TIA, que representó, en honor a Cervantes, el entremés La guarda cuidadosa, pasando por teatro y danza con las manos hasta el baile de los alumnos de la escuela de danza Pilar Barbancho, que concentró a cientos de personas en la plaza de Cervantes en torno a uno de los mejores descubrimientos: un escenario con cortinas solo en dos de sus lados, que permitía ver el espectáculo desde toda la plaza y congregar a más cantidad de público.
Según pasaron las horas, la calle Mayor y aledañas se fueron llenando hasta estar tan masificadas que en algunos puntos era complicado moverse. Igual algunos escenarios, como el de delante del hospital de Antezana, no estaban bien situados, ya que la acumulación de público impedía el paso por la principal arteria del casco histórico.
La puntualidad y la variedad facilitaron el que se pudiera cumplir los circuitos que el público tenían prepardos para esa tarde-noche. Y, si no te gusta un espectáculo, te levantas y te vas. Es lo que muchos hacían en el espectáculo que comenzó a las 21.00 en la plaza de San Diego. Lo bueno es que siempre tenías otra opción a la misma hora y cerca. Para gustos…
En definitiva, una primera Noche en Blanco complutense que, aunque podríamos decir que necesita mejorar, como en las notas del cole (algunso espectáculos no estaban a la altura de lo esperado), tuvo momentos brillantes, como el éxito de las actuaciones en la plaza de Cervantes o el espectáculo multimedia de la plaza de la Paloma. Todavía no hay cifras oficiales de participación, pero cuento con que el Ayuntamiento lo cifre en varias decenas de miles de personas. Y no andarán desencaminados. Éxito de público, facilitado por el buen tiempo, y una buena demostración de que, como habíamos dicho en repetidas ocasiones, Alcalá también se merece una Noche en Blanco y reivindicarse más como ciudad cultural.
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